Conocer las realidades conlleva acercarse a ellas cuando la luz es mas intensa y, con especial pasion, cuando deja de serlo. Mujeres, hombres y algunos niños inundaban las polvorosas calles de una ciudad conocida por su bullicio, caotico trafico y su admiracion al Mar y al mas alla, con las brujulas apuntando, como siempre, al Norte.
Tanger sigue siendo ese lugar que, a fuerza de adaptarse a diferentes situaciones, ha tenido que dar cobijo a seres humanos de diferentes condiciones, generos y colores de piel. Nunca falta el expirado sonido de un idioma tan universal como el arabe, sonando en la noche marroqui. Comercios, establecimientos y locales de encuentro, hacen pensar que la pluralidad y la igualdad son posibles cuando un cafe o un refresco, estan servidos en una vetusta y arrugada barra, a cualquier ciudadano del mundo.
Por unas horas, una mujer trabajadora esta capacitada para aparcar la dureza del dia a dia y preguntarse, mas alla del salario, la justicia y el avance social: "Esta noche, no hay nadie en casa?"
Fotografía: Miguel Núñez
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