lunes, 18 de agosto de 2008

Primeras raíces en el árbol de las oportunidades



Una terraza natural con vistas al Estrecho no forma parte de los privilegios cotidianos. Es un regalo en el Sur, mirando hacia el Norte. Litros y litros de agua salina presumiendo ante nuestra mirada. Y al fondo, otro mundo. El denominado "universo del desarrollo", el principio de un amplio abanico de oportunidades. Algunos ahogan sus deseos en pasar de uno a otro lado en una clandestina travesía, pero la importación de modelos o estilos de vida no es lo deseado.
El derecho a prosperar debe ser un precepto al alcance de todos. Tanto arriba como abajo. En el Norte o en el Sur. A un lado o al otro del Estrecho. Sólo falta que el tiempo y las pequeñas muestras de voluntad acaben por aliarse eternamente. Digan el SI QUIERO al compromiso de una evolución en positivo.
De momento, la asociacion Attawassoul sigue empeñada en alfabetizar y formar a aquellas mujeres con el intelecto virgen. No han sido pocas las jóvenes que ahora pueden entender lo expuesto en un folio escrito. Son numerosas las que han podido comprender por qué el funcionamiento del mundo responde a dos movimientos: Traslación y rotación.
Algo tan básico en nuestra existencia como los dos fenómenos físicos mencionados ya no es un conocimiento de lujo para las nacidas a 14 kilómetros, rumbo Norte.
Un colectivo, que ya en su nombre lleva implicito el ejercicio del diálogo (Attawassoul), practica con el ejemplo y ha logrado ya, regando el día a día de sus asociadas, que el árbol de las oportunidades comience a echar sus primeras raíces.
Fotografía: Miguel Núñez

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