sábado, 23 de agosto de 2008

La Gran Mamá

Una mujer convencida del derecho natural a ser madre. En su regazo, descansan los problemas sociales de decenas de mujeres solteras en el norte de Marruecos. Una vida entregada a las mamás que un día, por una circunstancia u otra, llamaron a la puerta de la asociación 100% Mamá.

Alumbrar en un país como éste, sin el reconocimiento del hombre, se convierte automáticamente en un serio desarraigo familiar y personal. Llevar la etiqueta de madre soltera sitúa a la mujer en el escalón más bajo de la consideración social. "Es como aquella prenda de saldo que nadie quiere en la tienda".

Un día, hace siete años, una abogada francesa viajó a Tánger para participar en un proyecto con menores y todavía sigue allí "atrapada". Claire Trichot adoptó la valiente decisión de dar un golpe de timón a su vida. Prescindió de las principales comodidades que le presentó una elevada posición en la capital gala. Optó por llevar la empatía con las madres más desfavorecidas hasta las últimas consecuencias.

Preside una asociación en constante evolución, donde los niños tienen un biberón asegurado, un seguimiento médico garantizado y un juguete a los pies de la cuna. Gestiona con destreza los sentimientos y emociones de esas madres marcadas con la muesca de la indiferencia. Haríamos una fotografía desenfocada si negásemos que esta acción social es compleja a varios niveles: personal, cultural y político.

El camino no es llano. Lo sinuoso del mismo, a veces, lo convierte en arriesgado para la continuidad del proyecto. Reconducir vidas malogradas por el abuso, vejación o prostitución es, sin duda, una exigencia propia del mejor cirujano social.

Pero Claire Trichot agarra con fuerza el bisturí entre la ternura de sus dedos y una inteligencia decorada de amplios conocimientos. Cada mañana, se dispone a curar la enfermedad social que sufren sus mamás, tal y como a ella le gusta llamarlas. Bajo el mismo techo conviven madres y niños, practicando la solidaridad entre ellas. "Las que trabajan confían en las que no para el cuidado de sus pequeños". Y, en medio de esta historia, encontramos a la Gran Mámá siempre con los cinco sentidos activados. Mujer de imborrable sonrisa en sus labios, Claire suele exagerarla cuando alguien menciona la palabra de su vida: Cien por Cien Mamá.

Fotografía: Miguel Núñez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya nos gustaría a muchos (entre ellos me incluyo) tener algún día la valentía de dejar toda tu vida atrás y cambiarlo todo por un sueño, por unas ideas, o como en este caso, por un proyecto solidario tan bonito y necesario como el que lidera Claire.

Y es que si algo queda claro de ella después de leer esta historia, es que Claire es una muler Valiente, con mayúsculas, no sólo por dar un golpe de timón al rumbo de tu vida, sino por ponerse al frente de una asociación que debe ser muy incómoda para una sociedada aún tan machista y cerrada al progreso como la marroquí.

Sólo por eso ya merece todo nuestro reconocimiento, un "homenaje" extensible a todas las personas que formar parte de esta red social que ayuda a la mujer en Marruecos a tener cada día una vida un poco más digna.

Álex